Glòria Dodas venía con una amiga de vacaciones a Sumus Hotel Monteplaya en un viaje organizado, y Joan Camps a descansar unos días cerca de su hijo, que reside en Malgrat de Mar.
A Glòria le llamó la atención ese elegante y misterioso señor vestido de blanco y con sombrero, que la miraba disimuladamente. Al principio pensó que él era extranjero, por lo que no se atrevió a acercarse. Hasta que le oyó hablar y descubrió que también era de aquí. Por las noches, ella se levantaba a bailar al son de la música en la pista de baile del bar, y aprovechaba para mirar disimuladamente a Joan. Él, no podía apartar la vista de esa elegante señora que bailaba con tanto estilo, y lo miraba con menos disimulo del que ella creía.
Por las mañanas, él se sentaba en la terraza del hotel a tomar su café, ella pasaba por su lado como el que no quiere la cosa, y se saludaban educadamente. Hasta que una mañana, él se atrevió a sentarse a su lado a tomar el café. Hasta que una noche, ella le preguntó si sabía bailar.
Glòria nos cuenta entre risas su primer baile, y se le iluminan los ojos cuando mira a Joan y le recuerda cuando la acercó de forma atrevida. El sonríe y la mira embelesado, nos cuenta que le enamoró su forma de hablar y su porte, y se sonroja cuando nos dice que aún no sabe cómo se atrevió a pedirle si quería subir a su habitación a ver el retrato que le había hecho un artista callejero en el paseo marítimo. Entonces descubrieron que se alojaban pared con pared, sus habitaciones estaban una al lado de la otra. ¿Sería cosa del destino?
Una semana más tarde, volvieron a Sumus Hotel Monteplaya, esta vez, los dos juntos para pasar 4 días y conocerse un poco más. Y desde entonces no se han separado.
El 25 de Agosto, hizo un año de ese primer baile, y han vuelto a celebrar su primer aniversario juntos rodeados de sus respectivas familias. Nos cuentan que no ha sido fácil, que una vez uno ya tiene una experiencia a sus espaldas y un carácter formado, es un poco complicado amoldarse al carácter y forma de hacer del otro. Pero su sabiduría y su amor, han hecho que superen todos los obstáculos para disfrutar de esta segunda oportunidad que les brinda la vida de ser felices nuevamente.
Os deseamos un feliz aniversario Glòria y Joan, y que Sumus Hotel Monteplaya siga siendo por muchos años más el símbolo de vuestro amor.